Historias de la Histeria. 4º Terapia : Y por fin , tengo un vibrador en casa

aspiradoraIr a la peluquería, que te den un masaje, hasta darte una sesión de rayos UVA son métodos que utilizamos para ‘relajarnos’. Pero necesitamos tiempo, mucho tiempo, y además hay que salir de casa. Y a veces ni nos relaja. Siempre hay una petarda en la peluquería que te tira del pelo, o no te deja como tú querías. O esperar en la cola de los rayos UVA hace que te desesperes y decides dejarlo para otro momento, con el trastorno de volver a buscar tiempo.
Ahora, por fin, me he decidido a tener un vibrador en casa. Me doy el tiempo que necesito, busco esos ratitos de tranquilidad, y hay que ver lo bién que me está sentando para todo. No puedo quejarme de ‘histeria’, y juraría que me hace más joven, o al menos sentirme más joven. Y todo esto, así de fácil, sin costosos tratamientos, ni dolorosas operaciones, ni medicamentos. Lo siento por el psiquiatra, ya no necesito sus consultas.

Pero ha costado llegar hasta aquí otra vez. Y de hecho, sigue costando. No fue hasta los años 90, y desde luego esta vez no fue gracias a las feministas, no. Había que relanzar el tema con fines terapéuticos o saludables, para que fuera aceptado socialmente.

Gracias a una campaña de prevención de Sida, lanzada por la administración Reagan (quien lo iba a pensar), se incluyó el vibrador dentro de la lista de opciones ‘seguras’ para practicar sexo. Empezaba a abrirse un camino. Ya se sabe lo decían los americanos.

Y así seguimos avanzando. Pero el camino no fue fácil. En 1999, Rachel Maines publicó un libro llamado ‘La tecnología del Orgasmo’, dónde recogía curiosos anuncios, de esos que llamamos de camuflaje, pero que ofrecían los beneficios saludables de los vibradores. La Clarkson University, se encargó de ‘quemar ‘, tal como hicieron con las brujas en otros tiempos, la obra, culpándola de nociva para sus alumnos.

Y ahora, gracias al esfuerzo de mucha gente, de programas de televisión formativos, de radio, de artículos, libros, etc… parece que ya no hace falta camuflar los beneficios placenteros de los vibradores y otros juegos eróticos. Y aunque todavía estamos muy lejos de que se vuelvan a colocar en las estanterías junto a otros pequeños electrodomésticos. Pero, al menos, tenemos accesibilidad a ellos. Y aquí quiero dar las gracias a las nuevas tiendas eróticas que se están extendiendo por todo nuestro país, dando un aire de frescura, transparencia y sobre todo normalidad.. Lejos quedan ya aquellas antiguas sex-shop, donde daba ‘cosa’ entrar, y aún era peor el miedo a que alguien te viese entrar.

Así que hay que aprovechar este momento, y disfrutar. Nunca sabemos cuando la historia nos puede dar otro vuelco.

Historias de la Histeria.

7 comentarios en “Historias de la Histeria. 4º Terapia : Y por fin , tengo un vibrador en casa

    • I went to Harvard and live in New York. I don’t know a single eiotdr at the New Yorker. But I do know a few people who have recently had articles in the New Yorker. But our friendships have nothing to do with me being at Harvard. I am also about to turn 40. So maybe I’m just living the life of a 25-year-old.

  1. Pingback: El vibrador al cine « Mi Vibrador

  2. I’m really loving the theme/design of your blog. Do you ever run into any internet browser compatibility problems? A number of my blog readers have complained about my site not operating correctly in Explorer but looks great in Firefox. Do you have any recommendations to help fix this issue?

  3. Muchas gracias por la resef1a Zitor: afan sdeino «Redo Bravo» mi favorita de Wayne, «The horse soldiers» me parecif3 realmente sublime e insuperable, afan cuando la edicif3n editada aqued en DVD es francamente mejorable en cuanto a imagen.Un saludo.

Replica a Tatiane Cancelar la respuesta