¿Quién no ha sentido ese gustirrinín que da un buen chorro de agua templadita sobre tu cuerpo?
Bueno, pues parece que éste fue utilizado también por los médicos del siglo XIX, como un método más rápido y por tanto más rentable para conseguir orgasmos con sus pacientes, y así liberarlas de esas tensiones provocadas por la famosa histeria femenina. Este método fué muy popular en los balnearios de la época Victoriana. Pero tenía una pega, y es que seguía siendo caro para clientes poco adinerados, y poco práctico, para los médicos, claro. Las mujeres no creo que pusieran muchas pegas en acudir a estas sesiones semana tras semana, año tras año.
Sorprende ver la cantidad de juguetes que existen en las tiendas eróticas para el baño. Masajeadores en forma de patitos, muy parecidos a los juguetitos de los bebés, esponjas de distintos tamaños y colores, vibradores sumergibles. Desde luego a nadie le llamaría la atención ver semejantes juguetitos en la bañera de tu casa.
Para los que tenéis tiempo y aún conserváis la bañera, son el complemento perfecto para un baño realmente relajante y satisfactorio.
Pero, ¿qué pasa ahora que se están sustituyendo la mayoría de las bañeras por duchas? Pues también tienen solución. Sustituimos el cable de la ducha, por otro que trae incorporado como alcachofa un dildo lleno de agujeritos, de tal forma que utilizando la presión de nuestra ducha, podemos convertirlo en un masturbador fantástico, que convierte nuestra ducha rutinaria en algo mucho más excitante y divertido.
Y no te quiero ni contar si encima no te duchas sola, y pasas el mando de la curiosa alcachofa a tu pareja … Las posibilidades os las dejo para que le déis unas vueltas en la cabeza. No fue tan mala idea cambiar la bañera.
Historias de la Histeria.
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Weeeee, what a quick and easy soutniol.